¿Cuánto contribuye la alimentación a la huella de carbono que generamos?
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector alimentario contribuye aproximadamente al 20-30% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
Al momento de analizar los principales problemas que generan una mayor emisión de gases de efecto invernadero podemos decir que estos son la deforestación que se produce para la expansión agrícola, el uso intensivo de fertilizantes y pesticidas, y las emisiones de metano del ganado.
¿Qué es mejor para el medio ambiente? ¿Comer vegetales o carne?
Según un informe de la FAO, la producción de carne de res es responsable de aproximadamente el 14,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Comparativamente, los alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, granos y legumbres, generan una huella de carbono más baja que los alimentos de origen animal. Además, su producción requiere menos tierra, agua y energía.
Según un estudio publicado en la revista Science, la producción de proteínas vegetales genera aproximadamente entre el 10 y el 50% menos de emisiones de carbono en comparación con la producción de proteínas animales.
Otro factor que a veces no se toma en cuenta al elegir un alimento, es de dónde viene y los procesos por los que pasó. Comprar productos congelados y que vienen de otros lados supone energía que se utilizó para entre otras cosas el embasado. Por otro lado, el que venga de lugares alejejados contribuye a las emisiones de carbono por combustible fósil. Consumir productos locales y de temporada supone alimentos más frescos y nutritivos.
Consejos para disminuir la huella de carbono que se genera con la alimentación
- Disminuir el consumo de carne y lácteos: Según un informe de la FAO, la producción de carne de res es responsable de aproximadamente el 14,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
- Optar por alimentos de origen local y de temporada: Esta elección puede reducir significativamente la huella de carbono asociado al transporte de alimentos.
- Cultiva tus propios vegetales. Si no tienes espacio, explora opciones de agricultura urbana. Jardines comunitarios, cultivos verticales, huertos en azoteas, entre otras.
- Reducir el desperdicio de alimentos. Según la FAO, cerca de 1/3 de los alimentos a nivel mundial se desperdician. El proceso de transporte y eliminación de alimentos no consumidos genera también gases de efecto invernadero.
- Elige productos a granel. Esto evita una importante generación de gases asociados a los embases.
Lo más importante al final, es que empecemos a tomar decisiones cotidianas con consciencia, de modo que podamos ir reduciendo nuestra huella de carbono cada vez más. Mientras más personas comiencen a alimentarse conscientemente, el impacto será mayor.